Existen muchas normas reguladoras de las relaciones comerciales, clientelares, B2B o entre usuarios y organismos oficiales. Y, de todas ellas, una de las más populares es la norma iso 9000, de la que queremos hablar en este artículo.
Qué es ISO y cuándo se crea
Empecemos por el acrónimo ISO, que significa International Organization for Standarization. Como se puede apreciar, el acrónimo no concuerda con su extensión en conceptos debido a que, en su origen, se eligió un término en griego. Este es isos que, en su variante científica, se traduce como “equivalencia”. Mientras que en castellano se ha traducido como Organización Internacional de Normalización u Organización de Estándares.
Breve historia de ISO
Aunque existe un precedente de organización para la normalización de estándares en la Prusia de la Primera Guerra Mundial y, posteriormente, en 1926 con la creación de la ISA o Federación Internacional de Asociaciones de Estandarización, es en 1947 y en Londres cuando se crea la organización.
Desde un inicio, su naturaleza es privada y aglutina a otras organizaciones de diversos países que también buscan crear estándares de producción, distribución y calidad de bienes y servicios en la industria, el comercio y en la propia administración.
Con el correr del tiempo y los beneficios que genera para el sector privado y público, más asociaciones de la misma naturaleza y por todo el mundo se han sumado al proyecto. Actualmente este gran grupo normativo está presente en 196 países.
Qué es la norma ISO 9000
Existen actualmente 240 comités técnicos repartidos por el mundo que se encargan de redactar las numerosas normas ISO que existen. Para organizarlas de forma más o menos ordenada, ISO las ha dividido en familias. Y una de ellas es la que se encarga del control de calidad donde se ubica la norma 9000.
Qué regula la norma ISO 9000
De forma más concreta, esta norma se centra -a través de comités técnicos especializados- en crear guías y herramientas para el control de calidad en la prestación de servicios y distribución de bienes.
Ese marco regulatorio incluye hasta 20 elementos para valorar la calidad de un servicio o un producto. Esos elementos no sólo incluyen aspectos como la trazabilidad de un producto, también incluyen el servicio al cliente, cómo se organizan los procesos internos de una empresa y cualquier otro aspecto que afecte a la calidad de un producto o servicio.
Cómo se implementa la ISO 9000
Como ocurre con otras regulaciones sobre el buen funcionamiento de un organismo público o privado, existen unos protocolos para implementar las recomendaciones ISO 9000. De esa implementación no se encarga la organización ISO, sino la propia empresa u organismo público a través de profesionales especializados. Estos pueden ser parte de la propia entidad pública o privada o contratarse de forma externa.
De hecho, existe un sector de consultoría centrado en el asesoramiento para el cumplimiento de las normas vigentes, entre ellas la de control de calidad. Este sector puede utilizar el nombre de compliance o asesoramiento para el cumplimiento de normativa.
¿Es ISO 9000 vinculante a nivel legal?
ISO 9000 y demás normas de la organización no constituyen leyes, sino recomendaciones para empresas y para las administraciones públicas. Son estas las que pueden crear normativas vinculantes a nivel legal en base a las normas ISO.
Es cierto que la propia organización ISO, consciente de que la sociedad evoluciona rápidamente, flexibiliza sus normas, lo que también deviene en un marco regulatorio a nivel estatal también más flexible. No obstante, como ocurre como normas como la RGPD, es importante recordar que se contemplan penalizaciones y multas si no se cumple con la normativa vigente.
Beneficios para empresas de cumplir con la normativa ISO 9000
Finalmente, más allá del aspecto punitivo, cumplir con la normativa ISO 9000 genera unos beneficios directos a la empresa u organismo. Esto es: ofrecer una buena experiencia en el usuario al recibir un servicio de calidad. Y esto es esencial para conseguir una buena imagen corporativa.
