Salidas laborales para los peritos judiciales

Hoy queremos hablar de peritos judiciales (también llamado “forense”), un oficio poco conocido pero con unas salidas laborales que hay que destacar, especialmente por sus condiciones económicas y de estabilidad.

Qué es un perito judicial y funciones

Un perito judicial se mueve en el ámbito de la justicia y, de forma resumida, lo podríamos definir como experto y experta en una temática concreta al que se le consulta y certifica hechos es informaciones para procesos judiciales.

Por ejemplo, si una persona denuncia a un estudio de arquitectura por fallos en la estructura de la vivienda que le han diseñado, el propio juez puede requerir a un perito judicial independiente y experto precisamente en arquitectura para que apoye con sus conocimientos el desarrollo del juicio.

Así, las funciones de los peritos judiciales son de asesoramiento y, en último caso, ser la última voz autorizada para el juez y para resolver disputas y dialécticas propias entre acusados y acusadores.

Por qué es una profesión con grandes salidas laborales

Dado que los juicios se suceden a diario y pueden tratar sobre cualquier asunto (medicina, contabilidad, seguros, accidentes de tráfico, delitos penales, separaciones matrimoniales…) la necesidad de peritos es ingente, tantos como especialidades de la magistratura existen para tratar conflictos o disciplinas profesionales.

Un ejemplo de salida laboral para estos profesionales es este Gabinete de peritos judiciales que, precisamente, cuenta con una gran variedad de los mismos para ofrecerlos en un juzgado en cualquier caso que se presente.

Además de participar en proceso judiciales, gracias a la tecnología y la posibilidad de ofrecer servicios online, el perito judicial también se puede convertir en consultor para asesorar a empresas y particulares sobre infinidad de temas y certificar con su experiencia pruebas tomadas, evidencias o procedimientos aplicados.

Cómo convertirse en un perito judicial

La profesión de perito judicial es una especialización para todo tipo de graduados o licenciados universitarios. Es decir, primero se requiere contar con una carrera y luego se pueden realizar másters y cursos homologados para recibir la titulación de perito judicial.

Por supuesto, esa homologación del título es esencial. De otra manera, un juzgado no admitiría la participación del perito en un caso judicial. Además de la formación también es importante colegiarse o hacerse miembro de una asociación colegiada para certificar y avalar el perfil profesional.

Tampoco hay que olvidar que, dada la sensibilidad de este trabajo, hay incompatibilidades con ejercer que tienen que ver con haber estado envuelto o condenado en procesos penales, por ejemplo.

Emprender como perito

Además de trabajar como perito forense para una empresa, son muchos los peritos con experiencia que se han independizado. Básicamente de dos formas:

  • Convertirse en perito freelance para poder trabajar para varias empresas.
  • Montar un gabinete propio en colaboración con otros freelance o contratando a otros peritos.

La segunda opción suele ser la más utilizada en formato partnership. Como ocurre con las agencias de traducción de idiomas, estos gabinetes colaboran con otros profesionales para poder ofrecer las máximas especialidades posibles de peritaje judicial.

En cualquiera de los casos, en tanto existan procesos judiciales y la necesidad de expertos para certificar esta o aquella información, las salidas laborales para un perito son más que amplias.

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